Es muy común pensar que el lugar de la casa preferido para las bacterias, es el baño. Pero la realidad es que se hospedan mayormente en la cocina, específicamente en ciertos objetos de uso cotidiano, los cuales manejamos diariamente, y al hacerlo, entramos en contacto con estos enemigos que pueden causar distintas enfermedades. ¿Donde se esconden estos intrusos? ¿Como eliminarlos? Te contamos.
- Pileta de cocina: la pileta de la cocina, que comúnmente llamamos "bacha" puede estar incluso más contaminada que el inodoro del baño, ya que es una zona que se mantiene húmeda, y los restos de comida favorecen el crecimiento de microorganismos. Es importante, por esta razón, limpiarla bien al terminar de cocinar y después de lavar los platos, tirar todos los restos de comida en el tacho y dejar que la pileta se seque bien.
- Máquinas de café: Si tenes una máquina de café en tu casa (o para los más grandes, en tu oficina) te contamos que también es uno de los objetos donde mayor crecimiento bacteriano se registra. Lavarlas siempre después de su uso.
- Mesada: Esta es la zona que más contacto tiene con los alimentos, pero también con un montón de otros objetos, ya que es normal que después de hacer las compras uno apoye sobre la mesada las bolsas del super, y sin darse cuenta, la billetera o las llaves. Ya lo dijimos en artículos anteriores, pero vale la pena recordarlo, la mesada donde vas a tratar los alimentos antes de cocinar, debe estar siempre reluciente.
- Esponjas: Las esponjas se merecen un artículo completo (que pronto vamos a redactar) ya que su tratamiento es muy complejo si queremos evitar que en ellas convivan comunidades enteras de bacterias. Pero te adelantamos algo: ninguna esponja debería estar en tu cocina más de 4 o 5 semanas. Su estructura porosa, y el hecho de que muchas veces las dejamos mojadas, las convierten en un blanco fácil para los microorganismos.
- Trapos/ repasadores: Si sos de los que usan el mismo trapo para diferentes actividades dentro de la cocina, tenes que saber que lo estas cargando de bacterias que van a pasear de un lado a otro, llegando a distintas superficies de la cocina, contaminando aun más. Al igual que con las esponjas, no te encariñes mucho con los trapos de cocina. Es importante desinfectarlos bien después de su uso y eventualmente, cambiarlos por uno nuevo.

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